Después de cenar, la hija practica sus dotes artísticas con la puerta de la alacena, que tiene una pegatina a estos efectos. Obsérvese que se ha representado a sí misma con una tripa gigantesca, debido a su hábito de zampar dos cajas de galletas y una de helado por semana.
Para que luego las abuelas se preocupen de que la puñetera niña no coma...
Para que luego las abuelas se preocupen de que la puñetera niña no coma...
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